A
propósito de la ¨Marcha Por la Paz¨ del 9 de abril de 2013, comparto mi sentir con
estas letras:
¨Me han enviado una
invitación a la estática, a la inercia, a quedarme mirando horizontes repetidos
en sangre que condenan los renuevos a la desesperanza.
Quieren que me enlace
con la soga que ata de amargura la ilusión y
que eche raíces en la abdicación al canto de la fe.
Quieren que imagine
que el camino culminó en el primero de los pasos y, de ese modo, cortar las
palabras que pudieran volar para alzarse en el firmamento universal de los
anhelos.
¡No puedo hacerlo! Ya
no es posible renunciar a las auroras de los encuentros aplazados.
Las manos se escapan
incluso de los cuerpos, para trenzarse en el afecto de la reconciliación.
La rueda contra la
muerte y la tristeza ha empezado a girar y solo queda impulsarla hacia su hora
sin retorno.
Ir al encuentro de
las miradas infinitas y anhelantes, es la única opción, aun a riesgo incluso de
ausencias repetidas.¨
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